Photo by Artem Asset on Unsplash
El mar de Aral era el cuarto mar interior más grande del mundo (con 68.000 km² de superficie), y en tan solo 60 años se ha visto reducido a dos pequeños lagos y un enorme desierto. Es decir, un mar casi del tamaño de toda Irlanda, evaporado en unas décadas. Esta es una de esas tristes historias en las que podemos ver en poco tiempo las desastrosas consecuencias de las acciones del hombre.
Este lago endorreico estaba solo por detrás del mar Caspio, el lago Superior y el lago Victoria. Su formación era relativamente reciente y se cree que se formó entre el pleistoceno y el holoceno (las dos últimas épocas geológicas), hace no más de 20.000 años. Los ríos Amu Daria y Sir Daria desembocaban en el mar Caspio hasta que los diversos cambios geológicos aislaron la cuenca y los ríos empezaron a llenarla. Este origen tan reciente fue una de las razones por las que un grupo de ingenieros de la Unión Soviética declararon el mar de Aral un «error de la naturaleza».
¿Pero cómo pudo pasar?
Para explicarlo, tenemos que tirar un poco de historia. Intentaré ser breve, aunque no es fácil.
En 1928 Stalin presenta el primer Plan Quinquenal, dirigido por el Comité Estatal de Planificación (Gosplán/Госпла́н), con los objetivos de desarrollar la agricultura y la industria pesada de la URSS. Durante este período se completó el proceso de colectivización de la tierra., Se crearon los inmensos koljóz (колхоз) que se extendían por miles de hectáreas y en los que trabajaban miles de campesinos.
Además de los cereales y otros alimentos para alimentar a la población, necesitaban materias primas para la industria del estado. Una de las principales era el algodón.
Así, durante los años 30 del siglo XX se crearon enormes campos de cultivo de algodón, especialmente en la República Soviética de Uzbekistán, en Asia Central. Esta región —en la que también se encuentran Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Turkmenistán— es una de las más áridas del continente, con vastos desiertos y estepas, por lo que para poder cultivar era necesaria la implantación de sistemas de regadío. Durante las siguientes décadas se fueron construyendo canales abiertos que obtenían el agua de los dos principales ríos de la región —el Amu Daria y el Sir Daria—, que eran los que alimentaban el mar de Aral.
Debido a la rápida expansión de los cultivos, al crecimiento de la población en la zona y a la pésima calidad de la construcción de los canales, la cantidad de agua que se desviaba era cada vez mayor, dejando muy poco caudal para mantener el mar de Aral.
Lo de la calidad de los canales es algo en lo que me quiero detener un momento. Estaban tan mal construidos y mantenidos, que se estima que del agua que se desviaba de los ríos, aproximadamente un 70% se evaporaba o se filtraba al suelo sin llegar a los campos. Es más, los últimos datos disponibles indican que hoy en día solo un pequeño porcentaje de las canalizaciones están impermeabilizadas. La pérdida de agua aún está por encima del 45%. Es decir, que entonces y ahora se desvía muchísima más agua de la que realmente se necesita para los cultivos.
En 1948 Stalin presenta el Gran Plan para la Transformación de la Naturaleza (великое преобразование природы) como respuesta a la terrible sequía de 1947,que se estima que causó la muerte a entre 500.000 y 1.000.000 personas. Este plan implicaba la construcción de más y mayores sistemas de regadío, especialmente en Asia Central.
Es a partir de la década de 1960 cuando se empiezan a ver los efectos de esta política agrícola. El Gosplán, ya con Jrushchov como líder de la URSS, marca como ebjetivo la aceleración del crecimiento de la producción agraria y en un informe de 1968 un ingeniero soviético asegura que «es evidente para todo el mundo que la desaparición del mar de Aral es inevitable». Durante esta década el nivel del mar descendió una media de 20cm cada año. En los 70 el descenso se aceleró hasta los 50-60 cm anuales y en la década de 1980 la media estaba entre 80 y 90 cm al año.
Tras el colapso de la Unión Soviética, la explotación de las aguas y la velocidad de desaparición del lago no se redujeron. Así, en 1998 su superficie ya se había reducido en un 58% con respecto a 1960.
Hoy en día, algunas zonas cubiertas de agua aparecen y desaparecen con las precipitaciones y el deshielo, pero la mayor parte del lago es un desierto de sal. La reducción de su superficie ronda el 85%.
No todo es sequía en el Mar de Aral…
¿Pensabas que el desastre no podía ser peor? Pues te equivocabas. Hay más.
Pesticidas
Todos esos cultivos de algodón que fueron dejando sin agua al Mar de Aral, le dieron a cambio pesticidas. Durante décadas se fueron vertiendo enormes cantidades de pesticidas al menguante lago. Esos pesticidas no se fueron a ninguna parte y están mezclados con la sal del fondo y que ahora está al descubierto.
Las tormentas de arena y sal que cada vez son más frecuentes, levantan estas nubes de pesticidas —específicamente compuestos organoclorados, compuestos de bifenilo policlorado (PCB), compuestos de DDT y TCDD— intoxicando la fauna y la población de la región. Se han detectado estos productos tóxicos en la sangre y la leche materna de las madres de la zona, que a su vez se los transmiten a sus hijos. Muchos niños nacen con poco peso (hasta el 26% de los nacimientos) o con malformaciones (con una tasa cinco veces superior a la de los paises europeos).
La disfunción renal tubular es una patología habitual en niños de la región, lo que pone en riesgo sus vidas y en general afecta al ritmo de crecimiento. A esto hay que sumar que la infraestructura sanitaria de la región es prácticamente inexistente y el acceso a tratamientos y fármacos es escaso.
La Isla Vozrozhdeniya, Aralsk-7 y Barkhan
Pero espera, toda vía hay más. En 1948 la Unión Soviética eligió la isla Vozrozhdeniya en el Mar de Aral para construir un laboratorio secreto de desarrollo de armas biológicas. En las instalaciones de la isla se desarrollaron armas basadas en la viruela, el antrax, la peste negra, la brucelosis o la tularemia, entre otros.
En 1954 las instalaciones fueron remodeladas y ampliadas, utilizando otra isla vecina, la Komsomolskiy. También se construyó una pequeña ciudad para albergar a los trabajadores de los laboratorios: Kantubek (oficialmente Aralsk-7). El nombre en clave del complejo era “Barkhan“, oficialmente 52º Laboratorio de Investigación de Campo (LIC-52).
Los experimentos
Los detalles exactos sobre los experimentos realizados en Barkhan son aún difusos y sólo podemos elucubrar sobre los extremos a los que llegaron en las pruebas. Sí sabemos que experimentaron en animales con estas armas biológicas (perros, conejos, ratas, cobayas e incluso algunos babuinos) y que utilizaron sangre de reses y caballos criados a propósito para obtener suero donde reproducir las cepas. Las descripciones del lugar, sin embargo, hacen pensar. Aquí un ejemplo de Vladímir Brovkin:
«El edificio del laboratorio y los cuarteles adyacentes son inusuales y misteriosos. A juzgar por las inscripciones y placas bien conservadas, algunos cuarteles estaban habitados en su mayoría por mujeres. Sus condiciones de vida indican que lo más probable es que fueran prisioneros. En el propio edificio del laboratorio se equiparon con sillas ginecológicas varias salas que se asemejan a las salas de examen. La habitación contigua sólo tenía una puerta herméticamente cerrada. Un tubo de acero inoxidable desciende desde el techo, a un metro bajo el suelo. En otra habitación hay varias docenas de maniquíes masculinos y femeninos bellamente elaborados con brazos y piernas flexibles. Se conserva una rica biblioteca de biología y un enorme almacén de todo tipo de frascos y utensilios especiales.»
El incidente
El 30 de julio de 1971, bajo el control de la Biopreparat (Биопрепарат, la agencia soviética de guerra biológica), tuvo lugar un accidente en el laboratorio que provocó la liberación de 400g del virus de la viruela. El General Pyotr Burgasov, ex médico jefe de sanidad del ejército soviético, ex viceministro de sanidad soviético e investigador principal del programa soviético de armas biológicas, describió el incidente de la siguiente manera:
«En la isla Vozrozhdeniya en el Mar de Aral, se probaron las recetas más fuertes de la viruela. De pronto me informaron que había misteriosos casos de mortalidades en Aralsk (Aral). Un barco de investigación [el Lev Berg] de la flota de Aral se acercó a menos de 15 km de la isla (estaba prohibido acercarse más de 40 km). La técnica de laboratorio de este barco tomaba muestras de plancton dos veces al día desde la cubierta superior. La formulación de la viruela -400 gr. de los cuales explotaron en la isla- “la pilló” y se infectó. Después de regresar a casa en Aralsk, infectó a varias personas, incluyendo [dos] niños. Todos ellos murieron. Sospeché la razón de esto y llamé al Jefe del Estado Mayor del Ministerio de Defensa y le pedí que prohibiera la parada del tren de Alma-Ata-Moscú en Aralsk. Como resultado, se evitó la epidemia en todo el país. Llamé a [quien sería Secretario General del PCUS Yuri] Andrópov, que en ese momento era Jefe de la KGB, y le informé de la receta exclusiva de la viruela obtenida en la isla Vozrozhdeniya.»
Esta fuga hizo que diez personas contrajeran la viruela y que tres de ellas —no vacunadas— muriesen.
El desmantelamiento
Con la caída de la URSS, las instalaciones de Barkhan y Aralsk-7 fueron evacuadas y desmanteladas en noviembre de 1991. Kantubek se convirtió en una ciudad fantasma. Después de los ataques terroristas con ántrax de 2001 en Estados Unidos, surgieron sospechas de que las esporas utilizadas podrían haber procedido de estas instalaciones, aunque después se demostró que no era así. En cualquier caso, en 2002, más de una década después de su abandono, se llevó a cabo una operación de descontaminación de los diez depósitos de carbunco que había en la zona.
El presente
El presente tiene buenas, regulares y malas noticias. Y como yo soy un poco masoquista, empiezo por las malas.
Las malas noticias
La cuenca del Mar de Aral se considera hoy en día un ecosistema colapsado. Como decía, la superficie actual del Mar de Aral es de unos 10.000 km². Algunos años, incluso menos.
La biodiversidad prácticamente ha desaparecido en el Mar de Aral del Sur, en el que solo quedan algunos microorganismos halófilos, es decir, que pueden vivir en aguas salobres. Un ejemplo es la Artemia Parthenogenetica, un minúsculo crustáceo del que se alimentaban los peces de la zona.
En su día, el Mar de Aral proporcionaba trabajo a más de 40.000 personas que vivían de la pesca y se estima que producía una sexta parte de todas las capturas de la Unión Soviética. Desde los años 80 no hay pesca en el Mar de Aral del Sur, debido a la elevadísima salinidad del agua.
Las noticias regulares
El Mar de Aral del Norte está algo mejor. En octubre de 2003 el gobierno de Kazajistán tomó la decisión de construir una presa en el estrecho de Berg, que separa la parte norte del sur de este mar. Durante años se habían construido diques de arena y grava, pero debido al deficiente mantenimiento, duraban muy poco.
La presa ha permitido que el nivel del agua en el Mar de Aral del Norte haya ascendido varios metros. La salinidad también se ha reducido hasta alcanzar los 8g/l, revitalizando el ecosistema y el volumen de capturas en este lado.
Sin embargo, embalsar el agua del Mar de Aral del Norte condena aún más al sur. La cantidad de agua que llega ahora es mínima, acelerando el proceso de desertización de la cuenca al sur de la presa.
Las buenas noticias
Ninguna. Al menos, ninguna real. Lo que sí puedo decir es que aún hay lugar para la esperanza. Hay muchas cosas que se pueden hacer para recuperar el Mar de Aral, pero requieren de la voluntad y de la inversión de los países de la zona y de la comunidad internacional.
Posibles soluciones y mejoras
Se han propuesto unas cuantas medidas que podrían mejorar la situación del Mar de Aral. Combinadas podrían incluso recuperarlo.
Mejorar los canales de irrigación. Como comentaba al principio, más del 45% del agua que discurre por estos canales se pierde por evaporación o por filtración a la tierra. Una impermeabilización correcta y un buen mantenimiento permitirían sustentar los campos de cultivo derrochando mucha menos agua, que iría al mar.
Utilizar especies de algodón alternativas. Existen variedades de algodón que no necesitan tanta agua para crecer, reduciendo así las necesidades de agua.
Reducir el uso de pesticidas en los cultivos. De la misma forma que se pueden elegir otras variedades de algodón, también se pueden elegir otros productos fitosanitarios que no sean contaminantes.
Limpiar y recuperar la cuenca. Esto implica una gran inversión, incluso con la participación de voluntarios. Pero del mismo modo que el Banco Mundial financió parte de la presa de Kokaral, se pueden hacer inversiones similares para recuperar este ecosistema.
Trasvasar agua de otras cuencas o de Siberia. El trasvase de agua siempre ha sido una medida polémica, por los efectos medioambientales que se pueden ocasionar si no se estudia cada caso. Sin embargo, una vez solucionadas las deficiencias iniciales del Mar de Aral, sería interesante considerar la posibilidad de trasvasar agua en cantidades razonables desde otros puntos, siempre que no perjudique esos otros ecosistemas.
Posible bonus track
Ya que hablamos de Asia Central y de los países que la conforman, creo que sería interesante escribir sobre el tema de los cultivos de algodón en Uzbekistán. Recordádmelo.